Cinco consejos prácticos para ligar con tu correctora

En numerosas ocasiones, el primer correo que un posible cliente y yo nos cruzamos está lleno de dudas. Y la principal suele ser no saber qué tipo de corrección pedir o qué adjuntar para que la relación sea lo más fluida posible. Hay quien envía toda la novela en un PDF, quien copia y pega en el cuerpo del mail varios párrafos o un capítulo… Y así no empezamos bien.

Es como si alguien te entra en un bar con el manido «¿Estudias o trabajas». En esta relación, es importante empezar con buen pie. Así que ahí va una tanda de consejos prácticos que te ayudarán a ligar con tu correctora y que te quiera para siempre. Y el primero es, claro está, que contactes con varias hasta que sientas que esa es la persona con la que quieres trabajar, con quien te sientes cómodo. En este post puedes encontrar a otras maravillosas profesionales.

Ofrece toda la información posible sobre tu obra en el primer correo

Los datos que necesito son:

Número total de matrices (caracteres más espacios). En Word puedes encontrar la función en Revisar ⇒ Contar palabras o al pinchar en Palabra —con el documento abierto, abajo a la izquierda—. La razón de contar los espacios es que ¡también se corrigen! (es fácil que se cuelen dobles espacios o que haya alguno donde no debería estar). Podría valer el número total de palabras (si se multiplican por 5,5, nos acercará bastante a las matrices). Incluye en el cálculo todo lo que quieras que corrija (notas al pie, bibliografía, biografía, agradecimientos…).

Cuadro de Word Contar palabras. Aquí encontrarás los datos que necesita tu correctora
En el cuadro de Word aparecen todos los datos de tu obra. No olvides incluir en el recuento todos los textos que quieras que se corrijan.

Tipo de corrección que quieres: ortotipográfica, de estilo o ambas. Los precios cambian mucho y el resultado, también. Puedes consultar las dudas más frecuentes aquí.

Tipo de obra. No todas las correctoras corrigen ensayo u obras académicas, por ejemplo, ni, dentro de ellos, cualquier temática. Nos sentimos más seguras con ámbitos que conocemos, aunque nos encanta investigar y documentarnos.

Género. Ídem. Yo toco todos los palos, pero no quiero leer nada excesivamente gore ni nada que atente contra la dignidad de las personas. Ahí pongo la línea.

Sinopsis. Si la tienes lista, genial. Si no, al menos cuéntame de qué va.

Original o traducción (e idioma original del texto). Porque no se aborda igual una obra original que una derivada; también importa si la traducción es profesional o amateur. Hay muchos vicios que se pueden arrastrar desde el idioma original.

¿Hay alguna cuestión que deba tener en cuenta? Por ejemplo, uno de tus personajes habla en jerga o tiende a equivocarse con las frases hechas, has inventado un idioma, quieres que respete las mayúsculas que utilizas para determinados cargos, hay localismos que quieres que vayan o no en cursiva…

¿Quieres presentarla a un concurso o a una convocatoria editorial? Dame la fecha tope para la entrega del texto y adjunta las bases. Si quieres tenerlo para una fecha concreta, dímelo también, a ver si nuestras agendas encajan.

¿Buscas otros servicios, como un informe de lectura, maquetación física y digital, diseño de cubierta, sinopsis, propuesta editorial…? Dilo. Yo hago un descuento a mis clientes por contratar paquetes. Si me pides algo que no puedo acometer, tengo una buena lista de ilustradores, artistas gráficos, otros maquetadores… que puedo recomendarte según tus necesidades.

Y, por favor, envía el texto en Word. No me vale un PDF porque, al transformarlo, es posible que pierda tus cursivas o haga cosas muy raras. Y, desde luego, no mandes una imagen de la pantalla del ordenador (sí, esto pasa). Utiliza siempre un formato editable.

Si tu texto está ya maquetado en un documento de Indesign, puedes enviármelo así (mejor si está empaquetado con sus fuentes, las imágenes, los gráficos si los tiene…). El control de cambios de este programa también te permite revisarlos uno a uno.

No te olvides de adjuntar dos o tres páginas

El coste de una corrección ortotipográfica y de estilo depende tanto de la extensión de la obra como del nivel de intervención que requiera. No puedo cobrar lo mismo por un texto limpio y pulido que por otro que necesita modificaciones en cada frase. El tiempo que le voy a dedicar es muy diferente, y eso hay que pagarlo.

En novelas, suelo pedir que esas páginas de muestra tengan diálogos y que sea un extracto de la parte central de la obra, que seguramente has revisado menos que las primeras páginas. Me ayuda mucho ver cómo te desenvuelves en las acotaciones, en la puntuación, en el ritmo… y me permite detectar algunos problemas importantes para la corrección (comas criminales, faltas de concordancia, abundancia de adverbios o adjetivos…).

En ensayos, obras académicas…, mi consejo es que envíes unas páginas también de la parte central. Y, si quieres que se revise la bibliografía, adjunta al menos una página, señala cuántas referencias son en total y la norma que utilices (APA —indica qué edición—, Vancouver, Chicago… o una propia). Hay que ver cuánto tiempo llevará esa revisión. Ten en cuenta que la edición de bibliografía suele tener un coste diferente al del resto del texto.

No hagas esto nunca

  • Hay quien envía para la prueba un texto que ya ha sido corregido (sí, queridos, se nota y mucho) para intentar reducir el presupuesto. No lo hagas, no traiciones mi confianza nada más empezar. Además, si cuando me envíes la novela detecto que esas dos páginas están niqueladas, pero el resto es un absoluto desastre, te enviaré un nuevo presupuesto y un nuevo plazo.
  • No regatees. No. De verdad. No lo hagas. Te aseguro que cualquier profesional del gremio ha ajustado su tarifa lo máximo posible a las necesidades de tu texto. Si no puedes afrontar el coste, no pasa nada, pero no regatees. Si no haces en la carnicería, no lo hagas conmigo.
  • No intentes convencerme de que me vas a pagar con visibilidad (porque tienes chorrocientos seguidores en tal o cual red social), con un porcentaje de las ventas o en especie (sé de compañeras a las que les han ofrecido ordenadores de segunda mano). Las correctoras también comemos y pagamos facturas CON DINERO.
  • Tampoco es buena idea contraatacar con un «pues Fulanita me lo hace más barato». No creo que haga falta que te diga por qué no.

¿Y cómo te contestará la correctora?

En el correo te encontrarás una prueba de corrección. Te muestro una para una corrección ortotipográfica y de estilo:

Prueba de corrección ortotipográfica y de estilo

Como ves, me encanta utilizar colores para que el escritor vea a simple vista los problemas de su texto, que explico en los comentarios: rimas internas, repeticiones no estilísticas, problemas en la redacción de una frase que evitan que se entienda con claridad, términos mal utilizados… Los errores respecto a las normas de la RAE ya están solucionados, evidentemente.

Hay autores que prefieren que sea la correctora quien acabe con todas las imperfecciones y le devuelva un texto casi final. Otros, ser ellos quienes tengan la última palabra. Sin problema. Coméntame con qué opción te sientes más cómodo y yo me adapto.

Sé educado

¿Te reirás si te digo que una gran mayoría de los autores a los que envío una prueba de corrección y/o presupuesto ni se molestan en dar un acuse de recibo aunque no vayamos a trabajar juntos? Chico, sé educado. A esa prueba le he dedicado tiempo, atención, cariño… Al menos dime que no cuente contigo si has encontrado a otra con quien encajas mejor. Me alegraré mucho por ti y por ella, de verdad, y no tendré ese hueco en la agenda en suspenso. Puntos extra si, además, tanto la aceptación como el rechazo se comunican en un plazo razonable. Entiende que cerramos agenda con mucha antelación, y no sería nada extraño que, si dejas pasar varias semanas, otro cliente haya ocupado esas semanas que querías para ti y que NO HAS RESERVADO en firme.

Ah, y una vez cerrado el acuerdo con tu correctora, no cambies las fechas que tienes reservadas, y menos un par de días antes. La agenda está calculada al milímetro para optimizar el tiempo, así que es posible que sea muy difícil modificarla y debas esperar a que haya un nuevo hueco libre. Si no hay más remedio que moverlas, avisa lo antes posible.

Y no te olvides de algo muy importante. Tan importante que hasta Stephen King, en Mientras escribo, lo resalta:

El corrector siempre tiene razón. Stephen King.

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