Corrección de estilo

Corregir no es solo limpiar el texto de erratas y aplicar la norma lingüística. También es necesario hacerlo comprensible y adaptarlo al público al que va dirigido. Vamos, que sacamos el trapo y la fregona para hacer una buena corrección de estilo. Y no, la corrección de estilo no cambia TU ESTILO: mejora tu texto, que es lo que tiene que hacer, pero eso tan sagrado no lo toca.

Para ser breve, una corrección de estilo tiene como objetivo principal que tu texto (y me da igual que sea una novela o cualquier tipo de no ficción) sea fácilmente digerible por el lector. Eso no significa que tenga que ser tan simple que parezca dirigido a niños de Primaria (excepto si, efectivamente, va destinado a menores de doce años), sino que se ajuste a las características de ese lector imaginario e ideal.

Por eso, las correctoras tenemos que tener muy claro cuál es el propósito de ese texto. No es igual un texto publicitario que una novela juvenil. El lenguaje es el mismo, sí, pero tiene sus matices. También, a quién va dirigido, su público. Una novela escrita por un autor latinoamericano mantendrá expresiones que en España ya no se emplean o términos que aquí pueden sonar chocantes. Y, claro, no se escribe igual para todos los medios: un blog no es un libro divulgativo (o quizás sí; depende del tono que ambos manejen).

La corrección de estilo es una limpieza intensiva del texto, sacar el trapo y la fregona para que brille
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En una corrección de estilo, que no suele realizarse a la vez que la corrección ortotipográfica, se buscan los errores que pueden lastrar tu escritura:

  • Errores en el tono y el estilo. En un texto académico no pintan nada expresiones coloquiales, ni palabras o construcciones excesivamente complicadas en un cuento infantil.
  • Párrafos complejos y ambigüedades. Entorpecen la lectura y crean inseguridad en el lector. ¿Te molesta tener que leer una frase un par de veces para entenderla? ¿O tener la sensación de que te has perdido en la página de un libro?
  • Problemas de uniformidad. ¿Las fechas, los nombres de los personajes, las citas… siempre se escriben igual?
  • Falta de criterios tipográficos para los títulos, apartados, citas, notas al pie…

Ya ves, hay una infinidad de errores que pueden lastrar tu escritura y complicarle la vida a tu lector.

Este trabajo es complejo y casi un mano a mano entre quien escribe y quien corrige. El objetivo es que el texto brille y hable por sí solo, que lleve al lector de la mano, suavemente, sin sobresaltos.

Si aún tienes dudas, mira aquí.


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